1. El factor clave en la expansión del café del siglo XIX
Un hecho imprescindible para la propagación del café por todo el mundo fue el comercio internacional.
Gracias a las rutas marítimas comerciales entre Europa y sus colonias se expandió el cultivo del café a áreas tropicales de América del Sur y del sur de Asia, como Indonesia y Brasil, durante los siglos XVIII y XIX. Promoviendo así, su cultivo y su comercio de manera internacional.
2. Café y filosofía, siempre de la mano
Desde un inicio, el café se ha relacionado con la filosofía, siendo las cafeterías el lugar ideal donde intelectuales, artistas y filósofos se reunían para expresar y compartir sus ideas.
Los cafés se convirtieron en un núcleo de desarrollo cultural, donde se creaba una atmósfera de ideas vanguardistas que llevaron a la creación de muchas ramas filosóficas de la época.
3. Crecimiento económico exponencial… ¡Gracias al café!
El café ha sido un punto clave en las relaciones internacionales.
El beneficio mutuo entre naciones a través del comercio del café ha ayudado al desarrollo económico de muchos países, brindándoles la oportunidad de poseer una economía más diversa y convirtiéndose en su principal fuente de ingresos.
La mayoría de ellos recibían barcos llenos de carga desde todas partes del mundo, lo que resultó en un incremento del flujo de comercio en esos territorios, lo que contribuyó enormemente a su crecimiento económico.
4. Café como influencia política
A nivel mundial, el café se transformó en un producto estratégico para la economía de muchos países, llegando a poseer una gran influencia en temas económicos, políticos y diplomáticos.
5. ¿Café mágico en la aviación?
Sí, sí, lo has oído bien, el café no solo sirve como bebida, sino que tiene muchos más usos que desconocíamos.
Durante la primera guerra mundial, los motores de los aviones se sobrecalentaban mucho debido a las largas horas de vuelos. Esto sucedía al utilizarse aceite de motor, y a partir de ese momento empezaron a investigarse los refrigerantes líquidos.
En 1917, Karl Fazer, un ingeniero proveniente de Finlandia, descubrió que al mezclar el café con agua y otras sustancias, como la guayaba y la salmonela, conseguía que los motores no se sobrecalentaran tan rápidamente.
A este nuevo refrigerante le apodaron “Café mágico” y se usó hasta la aparición de los refrigerantes modernos como el nitrógeno o el aceite sintético.
¿Conocías estos datos sobre la historia del café? Te leemos en los comentarios J